Este documento describe el sistema somatosensitivo y sus componentes principales. Explica que los receptores cutáneos detectan estímulos táctiles y transmiten esta información a través de las vías somatosensoriales hasta llegar a la corteza somatosensitiva primaria. También describe algunos síndromes asociados a daños en estas vías, como el síndrome de sección medular completa.
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Indice
Portada 1
Introducción 3
Sistema Somatosensitivo 4
o Receptores Somáticos 4
Mecanorreceptores 4
Propioceptores 5
Nociceptores 5
o Potencial Receptor 5
o Discriminación Mecanosensitiva 5
o Dermatomas 6
o Campos Receptivos 6
Vías Somatosensoriales 6
Corteza Somatosensitiva 7
o Corteza Somatosensitiva Primaria 7
o Homúnculo 8
o Mapa Somatotópico 8
o Corteza Somatosensitiva Secundaria 8
o Corteza Somatosensitiva de Asociación 8
Síndromes asociados al daño sensitivo 8
o Síndrome de la Sección Medular Completa 8
o Síndrome de Brown-Séquard 9
Integración 10 y 11
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Bibliografía 12
Introducción
La sensibilidad nos permite percibir, transducir y codificar la información generada
por estímulos del medio ambiente, tanto externo e interno.
La piel es la que limita nuestro organismo con el medio externo y la que a la vez nos
protege de este. En su interior la piel posee una serie de receptores (mecánicos, de dolor y
temperatura), los cuales nos permiten detectar y enviar al Sistema Nervioso Central
cualquier tipo de estímulo que venga del ambiente y que provoque un cambio en nuestro
cuerpo.
Nuestros cinco sentidos son: la visión, audición, gusto, olfato y el sistema
somatosensorial, si alguno de éstos nos fallara, nuestra percepción de las cosas se alteraría.
El sistema somatosensorial nos permite detectar diferentes tipos de información de
distintas partes de nuestro cuerpo. Esta información será de tipo táctil (mecanosensitiva),
nociceptiva (dolor), propioceptiva (articulaciones) y de temperatura.
Desde que nacemos vamos investigando, conociendo e interactuando con el mundo
a través del tacto; jugamos con nuestros juguetes, tocamos texturas, etc.
En este informe hablaremos sobre los estímulos mecánicos o táctiles que percibimos
del medio externo, sus receptores, sus vías y algunas lesiones que se provocan en estas y
qué consecuencias y características tienen estos síndromes en las personas que los sufren.
También abordaremos el rol que tiene el kinesiólogo en este tipo de patologías, y cómo este
puede ayudar y hacer mucho más llevadera la vida del paciente.
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Sistema Somatosensitivo
El sistema somatosensitivo o somatosensorial se divide en dos según la detección de
estímulos que recibe:
• Tacto epicrítico: el cual recibe estímulos mecánicos, como el tacto leve, la
vibración, la presión y la tensión cutánea. A este tipo de tacto se le llama
también tacto discriminativo o fino, ya que uno puede localizar el punto
específico donde ocurrió el estímulo.
• Tacto protopático: recibe estímulos de dolor, temperatura, cosquilleo y
picazón. Se dice que es un tacto grueso y no discriminativo, ya que es difícil
especificarlo y puntualizarlo.
El sistema somatosensitivo nos permite experimentar sensaciones del medio
ambiente, por medio de receptores ubicados bajo la piel de todo cuerpo.
Estos receptores se pueden dividir según su morfología en receptores encapsulados
y receptores de terminaciones libres. Los receptores encapsulados poseen una cápsula de
tejido conectivo que los envuelve y éstos son los mecanorreceptores. En cambio los de
terminaciones libres son axones que llegan libremente a la epidermis y que reciben
información nociceptiva y termoceptiva.
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Receptores Somáticos
Los mecanorreceptores son receptores cutáneos y subcutáneos que reciben
estímulos de tipo táctil, tensión, vibración y estiramientos de la piel.
Estos receptores se clasifican según su adaptación al estímulo en rápidos o lentos.
Los rápidos son aquellos estímulos que disparan con la llegada del estímulo, pero después
de un tiempo se adaptan a este, por lo tanto transmiten información sobre el cambio de
información que comunica el receptor. En cambio los mecanorreceptores de adaptación
lenta disparan mientras dura el estímulo y no se adaptan, en definitiva transmiten
información acerca de la presencia de un estímulo. Un ejemplo de éste último es cuando
nos pica la etiqueta de la polera y nos sigue picando hasta que no la sacamos, en el ejemplo
el estímulo seguirá disparando y no se adaptara a éste mientras dure.
Los mecanorreceptores de adaptación rápida son dos, los corpúsculos de Meissner y
los corpúsculos de Pacini. Estos comparten la característica de ser de adaptación rápida,
tener un umbral bajo de activación, o sea que se activan con estímulos de muy baja
intensidad (los corpúsculo de Pacini comparativamente tienen un umbral de activación más
bajo que los corpúsculos de Meissner).
Características individuales:
Corpúsculos de Meissner: se encuentran entre las papilas dérmicas, se
localizan en la piel glabra y reciben estimulación de tacto y presión
dinámica.
Corpúsculos de Pacini: tienen un revestimiento muy similar a las catáfilas de
cebolla, se localiza en el tejido subcutáneo, las membranas interóseas y las
vísceras y reciben estimulación de presión profunda y vibración dinámica.
Los mecanorreceptores de adaptación lenta también son dos: corpúsculos de Ruffini
y los Discos de Merkel y además comparten la característica de tener un umbral bajo de
activación.
Características individuales:
Corpúsculos de Ruffini: están orientados a lo largo de las líneas de tensión
de la piel, se ubican en toda la piel y reciben estimulación del estiramiento
de la piel.
Discos de Merkel: están asociados a células liberadoras de péptidos, están
ubicados en toda la piel, pelos y folículos y reciben información del tacto y
la presión estática.
Los propioceptores brindan información de la posición de las extremidades y otras
partes del cuerpo. Están los husos musculares (estiramiento muscular), órgano tendinoso de
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Golgi (contracción muscular) y receptores articulares (información dinámica y sobre
extremidades y movimiento articular).
Los nociceptores entregan información al SNC sobre el dolor percibido. Hay
nociceptores mecanosensibles, mecanotérmicos y polimodales.
El potencial receptor es cuando llega un estímulo al receptor y se generan, por
medio de una serie de etapas, un potencial de acción. La manera de cómo se genera el
potencial receptor es la siguiente: 1) llega el estímulo y deforma las terminaciones
nerviosas; 2) esto afecta la permeabilidad de la membrana de la célula receptora; 3) se
genera una corriente que despolariza la terminación nerviosa; 4) se genera el potencial
receptor; 4) lo que genera un potencial de acción. Este proceso en el cual la energía
mecánica del estímulo se convierte en una señal eléctrica en la neurona sensitiva, se llama
transducción sensitiva y es un paso fundamental para la integración de las sensaciones.
Al hablar de discriminación mecanosensitiva nos referimos a la manera de evaluar
el sistema somatosensitivo, el cual puede ser de varias maneras. A través de la evaluación
del tacto leve, el cual se hace con un hisopo de algodón, debemos tener al paciente con los
ojos cerrados y procedemos a aplicar el estímulo, si el paciente llega a sentirlo dirá “sí” y
procederemos la siguiente evaluación. La localización del estímulo, es cuando el paciente
logra localizar con el dedo la zona en la que se aplicó el estímulo con el algodón. Que el
paciente no pueda realizar esta localización puede implicar un daño en la corteza cerebral.
La discriminación mecanosensitiva más conocida es la discriminación de dos
puntos. Es la distancia mínima que debe haber entre dos estímulos, aplicados al mismo
tiempo, como para percibirlos como distintos. El estímulo táctil, generalmente aplicado con
dos alfileres o un compás, se aplica al mismo tiempo y se va evaluando la distancia
necesaria para percibir el estímulo como distinto. Cuando se aplica esta evaluación en los
pulpejos de los dedos, los estímulos llegan a sentirse como dos estímulos distintos a 2
milímetros de distancia entre ellos, lo cual es muy poco y nos llevaría a concluir que la piel
de los pulpejos de los dedos tienen muchas más terminaciones nerviosas. Muy distinto es lo
que ocurre en el antebrazo, donde la distancia mínima aumenta a 40 mm., con lo cual
podemos concluir que el antebrazo no necesita mayor inervación nerviosa ya que no es algo
muy importante en la recepción de información táctil.
Los dermatomas son importantes en la recepción de esta información táctil, ya que
es el territorio de piel que esta inervado por cada raíz espinal. Es importante para definir las
lesiones medulares que puedan existir. Tienen una característica muy trascendental que es
la superposición de sus fibras, lo cual al haber una lesión en alguna raíz evitará la pérdida
total de la sensibilidad en la zona.
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Los campos receptivos es aquel lugar de piel que es inervado por una neurona
individual. Es la región asociada a la activación de una neurona sensorial. No solo pueden
ser neuronas de primer orden, sino también de segundo y tercer orden.
Vías somatosensoriales
La transmisión de los estímulos hacia el sistema nervioso central, está a cargo de
dos vías sensitivas; la vía cordonal posterior-lemnisco medial y la vía trigeminal, las cuales
abordaremos con detalladamente más adelante.
Una de las características principales de estas vías es que ambas poseen tres
neuronas; neurona de 1º orden, que es aquella que recibe el estímulo y lo envía a la bulbo
raquídeo (o la protuberancia, dependiendo de la vía que tome el estímulo), la neurona de 2º
orden que es aquella que conecta el bulbo (o puente) con el tálamo y la neurona de 3º orden
que conecta el tálamo con la corteza cerebral.
La vía cordonal posterior-lemnisco medial es la encargada de transmitir la mayoría
de la información desde los mecanorreceptores que median la discriminación táctil y la
propiocepción, desde las extremidades inferiores y superiores, tronco, cuello y el tercio
posterior de la cabeza.
Esta vía de transmisión recibe el estímulo por un mecanorreceptor, este llega a la
médula por la neurona de primer orden, sube por el núcleo grácil y cuneiforme, que
transmiten información del miembro inferior y superior (además del tronco y el cuello)
respectivamente. Ahí hacen contacto las neuronas de primer orden con las de segundo
orden. La neurona de segundo orden asciende por el lemnisco medial al núcleo
ventropostero lateral (VPL) del tálamo. Ahí es donde hace sinápsis la neurona de segundo
orden con la neurona de tercer orden. Desde el tálamo sale esta neurona de tercer orden
hacia la corteza somatosensitiva primaria.
El núcleo ventropostero lateral y el núcleo ventropostero medial (VPM) del tálamo
(este último lo veremos más adelante), provienen del complejo ventral posterior del tálamo.
Estos núcleos están definidos para cada una de las vías que participan en la
mecanorecepción. El VPL participa en la conducción de la vía cordonal posterior-lemnisco
medial y el VPM en la vía trigeminal como veremos acontinuación.
La vía trigeminal transmite información táctil y propioceptiva del rostro. Esta vía
también tiene neuronas diferentes (primer, segundo y tercer orden). La de primer orden se
ubica en el nervio trigeminal (par craneal V). Las raíces nerviosas del nervio trigémino
ingresan al tronco encéfalo a nivel de la protuberancia en donde se contacta con la neurona
de segundo orden en el complejo trigeminal del tronco encéfalo, que a su vez se divide en
dos núcleos; el principal, que procesa los estímulos mecanosensitivos, y el núcleo espinal
que procesa estímulos termoalgésicos. Siendo así la relación, podemos decir que, la
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información que llega a la protuberancia desde el ganglio trigenimal, lo hace casi en su
totalidad al núcleo principal. Luego del núcleo principal la información sigue ascendiendo
al núcleo VPM del tálamo donde se hace contacto con la neurona de tercer orden, que sube
hacia la corteza somatosensitiva primaria.
Corteza Somasotensitiva
La corteza somatosensitiva primaria está ubicada en la circunvolución poscentral
del lóbulo parietal y recibe toda la información proveniente de ambas vías
somatosensitivas. Está organizada en cuatro columnas o regiones; 3a, 3b, 1 y 2, cada una de
ellas responde a estímulos distintos; la 3a responde a estimulación propioceptiva, la 3b y 1
responde a estimulación cutánea y la 2 responde a ambos tipos de estimulación.
Lesiones en la región 3b producirá un déficit en la discriminación de texturas y
formas, en la 1 habrá incapacidad para discriminar texturas con precisión y una lesión en la
columna 2 causará la pérdida de la coordinación de los dedos de las manos y en la
discriminación de formas y tamaños.
Está corteza somatosensitiva primaria, al igual y muy parecido que en el área
motora primaria, posee una representación topográfica del cuerpo, mejor llamado
homúnculo, el cual tiene la representación del cuerpo en esta área. Este hombrecito presenta
la cabeza, lengua, labios y las manos mucho más grandes que el resto de las estructuras
corporales como las extremidades y el tronco. Esto se debe a que la manipulación de
objetos, las expresiones faciales y la palabra son vitales para el ser humano.
El mapa somatotópico de la corteza somatosensorial primaria representa a los pies,
las piernas, el tronco, brazos, manos y cabeza, y están representados en una disposición de
medial a lateral.
La corteza somatosensitiva secundaria es mucho más pequeña y menos importante
que la primaria. Recibe impulsos que vienen de la corteza somatosensitiva primaria y sus
neuronas responden a estímulos cutáneos transitorios como golpes en la piel, cepillados,
etc. Y está ubicada en el labio superior del brazo posterior de la fisura lateral.
La corteza somatosensitiva de asociación está ubicada en el lobulillo parietal
superior que se extiende en la superficie medial del hemisferio. Recibe e integra diferentes
modalidades sensitivas como por ejemplo es capaz de reconocer objetos puestos en la mano
sin la ayuda visual. No solo recibe información del tamaño y la forma de un objeto, sino
que también la relaciona con las experiencias pasadas, gracias a esto la información puede
ser interpretada y así puede producirse el reconocimiento del objeto.
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Síndromes asociados al daño sensitivo
Son de gran importancia clínica ya que generan muchas incapacidades que son
imposibles de curar.
Todos los síndromes que nombraremos son antecedidos por la desaparición de un
shock medular. El shock medular es una condición neurológica precedida de una lesión
medular. Esto produce pérdida de reflejos, flaccidez, reflejos hiperactivos y signos de
Babinsky. Sus síntomas característicos son hipotensión, parálisis fláccida, hipo/arreflexia e
incontinencia esfinteriana.
Síndrome de Sección Medular Completa
Es la pérdida de la discriminación táctil y de la sensibilidad vibratoria y
propioceptiva. Se debe a la destrucción bilateral de los tractos ascendentes en las columnas
blancas posteriores. La pérdida de las sensaciones de dolor, temperatura y tacto leve, es
causada por la sección de los tractos espinotalámicos lateral y anterior de ambos lados de la
medula.
Este síndrome produce parálisis bilateral en neuronas motoras inferiores donde
ocurrió la lesión, presenta signo de Babinsky bilateral, pérdida bilateral de la sensibilidad
bajo en nivel de la lesión y no tiene control voluntario de las funciones vesical e intestinal.
Síndrome de Hemisección Medular ó de Brown-Séquard
Se debe a la lesión de una mitad lateral de la médula espinal, que a su vez lesiona
las vías espinotalámica y corticoespinal.
Sus síntomas clínicos son una parálisis homolateral de las neuronas motoras
inferiores en el segmento de la lesión y atrofia muscular, que se debe al daño de las
neuronas de la columna gris anterior y posiblemente al daño de las raíces nerviosas del
mismo segmento. Pérdida homolateral de la discriminación táctil y de la sensibilidad
vibratoria y propioceptiva bajo el nivel de la lesión, estos signos son causados por la
destrucción de los tractos ascendentes en la columna blanca posterior del mismo lado de la
lesión. Hay pérdida contralateral de la sensibilidad termoalgésica provocada por la
destrucción de los tractos espinotalámicos laterales cruzados del mismo lado de la lesión.
Esta pérdida sensitiva ocurre dos o tres segmentos por debajo de la lesión.
La pérdida contralateral (no completa) de la sensibilidad táctil bajo el nivel de la
lesión, se debe a la destrucción de los tractos espinotalámicos anteriores cruzados del
mismo lado de la lesión. El deterioro también es dos o tres segmentos bajo nivel de lesión.
Es incompleta porque el tacto discriminativo que viaja en los tractos ascendentes de la
columna blanca posterior contralateral se mantiene intacto.